Pedro Pinto Duque, nuestro egresado de la carrera de Gastronomía, vino a Lima a cumplir su sueño de convertirse en el mejor chef de Colombia. En la siguiente entrevista nos cuenta sobre su restaurante Oak Ahumados y brebajes, ubicado en Bogotá, además de compartir con nosotros cómo se inició en el mundo de la gastronomía.

Pedro, cuéntanos ¿por qué decidiste estudiar en Le Cordon Bleu Perú?

Sinceramente, siempre quise estudiar en LCB. Cuando me gradué del colegio, ya sabía que quería estudiar Cocina. Empecé averiguar sobre en Instituto, pero me topé con que mi papá no quería que estudiara eso. Quería que fuera ingeniero. Empecé a estudiar esta carrera en Medellín y por cosas del destino, cuando estaba en 5to semestre de la carrera de Ingeniería, viajé con mi familia a Lima.

Recuerdo que estábamos en una cevichería en Barranco, que se llamaba El Villano. Mi papá me pregunto, si quería estudiar cocina aquí, no dude y le respondí que sí. Inmediatamente me dijo: vámonos de aquí para el Instituto. A los tres meses, ya estaba viviendo en Lima.  Me apasiona mucho mi trabajo. Lo disfruto día a día.

¿Qué recuerdos tienes de tu etapa como estudiante en el Instituto Le Cordon Bleu Perú? 

Los exámenes de titulación. Me parecían muy interesantes porque nos retaban a hacerlo mejor de lo que habíamos hecho durante el semestre o durante los otros semestres. Cuando se acercaba la fecha del examen de titulación, tenía que revisar nuevamente, todas las recetas para seleccionar en las que se aplicaban las mejores técnicas.

También recuerdo los fines de semana que pasaba junto con mis compañeros extranjeros. Nos volvimos una familia. Hacíamos planes para compartir los fines de semana, como la familia en la que nos convertimos. 

Dirías entonces, que tu experiencia en Le Cordon Bleu y en Perú, fue inolvidable.

Definitivamente. Lima es una ciudad increíble. Siempre me sentí bienvenido, todos eran muy amables y dispuestos a compartir con nosotros, los extranjeros.

Estudiar en Le Cordon Bleu Perú ha sido la mejor decisión. El nivel de exigencia es alto y hacen de nosotros muy buenos profesionales. Para estudiar esta carrera, tienes que estar muy decidido. 

Cuéntanos, ¿en qué proyectos te has involucrado luego de egresar de LCBP?

Desde que me gradué me he dedicado más a la asesoría y al montaje de restaurantes. Han sido 13 y de todo tipo. Oak Ahumados y Brebajes, es mi primer restaurante.

Eso destaco de la enseñanza de LCB. He aprendido a desarrollar diferentes cocinas, además de técnicas, lo que nos permite conocer la diversidad de gastronomía que existe en el mundo.

¿Cómo nace Oak Ahumados y brebajes? 

Es un proyecto muy bonito, porque los que formamos el equipo somos del rubro gastronómico. Nos conocemos hace 5 años, siempre quisimos trabajar juntos; pero no habíamos podido encontrar el momento y esta fue una oportunidad que apareció inesperadamente.  Tomamos la decisión, e inmediatamente me vine a Bogotá.

OAK es formado bajo el concepto de aplicar las técnicas americanas de cocción. Cocinamos en ahumador, a leña 100%. Son cocciones largas de piezas grandes de carne. Estamos muy enfocados en que los acompañantes que sean con productos colombianos, a partir de esa base, transformarla nosotros.

A nivel mundial hay una tendencia a restaurantes que ofrecen ahumados, por eso decidimos por este tipo de restaurante.

Estamos agradecidos por la recepción que ha tenido el restaurante durante estos primeros 4 meses. Tenemos un menú variado y nuestros precios son accesibles.

Sabemos del trabajo en gastronomía responsable que realizas, ¿cuáles son los proyectos?

Estuve un tiempo en Cartagena con la Gobernación de Bolívar trabajando con los campesinos de Montes de María. Era el encargado de la alimentación en las fiestas que hacían en grande en el municipio de Carmen de Bolívar. Organizábamos una feria gastronómica en conjunto con las asociaciones o fundaciones del pueblo. Por ejemplo, con la Asociación de Mujeres desplazadas por la violencia. Les mostraba todos los productos que manejaban y tenían en su dieta diaria. Había cosas increíbles que les daba un valor agregado más a lo que hacían.

Por esa feria salió un proyecto en el que estoy trabajando ahora en Cartagena. Estoy preparando gaseosas artesanales, naturales. Hago extractos de frutas, para uso de restaurantes y estoy en proceso de embotellar ya gasificado.

En tu opinión, ¿qué crees que le falta a la gastronomía colombiana para que sea expuesta?

Nos falta que nosotros mismos reconozcamos lo que tenemos. Nos falta mucho, pero es más que todo en la cultura de la gente, porque hay muy buenos cocineros; pero a la gente le falta arriesgarse un poco más.

Poco a poco hacemos que la gente descubra la infinidad de cosas que podemos hacer, porque somos un país muy rico.

Cómo describirías esta etapa de tu vida

Es increíble, es un sueño hecho realidad.

Sé que mi familia está orgullosa de mí, de lo que he alcanzado hasta ahora.

Recibí el año pasado un reconocimiento de la revista gastronómica más importante del país como personaje del año por emprendimiento. Eso es lo más bonito de esta carrera, emprender, arriesgarse y salir adelante. Lo que aprendí en Le Cordon Bleu es tan completo que literalmente puedes lanzarte al mundo y conquistarlo. Y lo volvería hacer.

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